Él

¡Allí Estabas!

Te miré, estabas algo desalineado, se hizo casi costumbre verte así, con el cabello oscuro despeinado y cubriendote la mitad de la cara; me acerqué y dije "hola", sabía que no responderías... eres hombre de pocas palabras y en ese momento no me molestó aunque aveces suelo echartelo en cara como especie de reproche infantil, te limitaste a solo tomar mi mano y sentí lo frío que estabas, no lo comprendía... estamos en pleno verano, no le dí mucha importancia y descubrí tus ojos con mis manos, quería ver el brillo de tus ojos aceitunados que se escondía tras tus espesas pestañas, sonreíste y clavé mi mirada en tus labios, eran perfectamente delineados y ligeramente rosados, te percataste de ello y mordiste tu labio inferior entre una sonrisa.

¿Había dicho lo mucho que me gustas?, eres la única persona con la que podría divagar horas enteras y creer en cada palabra de la sarta de mentiras y estupideces que salieran de mi boca, tenías más etiquetas que un producto en oferta y principalmente era ahí donde radicaba mi atracción por ti, no eras como ellos. Entre tu sarcasmo, bromas pesadas, música, libros, diarios... me perdía en una realidad alterna, donde las tardes tirados en el sillón de tu sala, se hicieron parte de lo que contaré a mis nietos.
Lastima que no hayas llegado aún.

Cocinando vaga y vaciamente la imagen de mi hombre perfecto, cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.

Disculpe si esta entrada le causó malestar estomacal, pero había que ponerle algo rosa a este blog xD.