Odio la escuela. odio el trabajo. El hospital, la lumbalgia, el nervio ciático y los días soleados. Odio los intensos dolores de cabeza y los mareos, el atún, la ausencia de auto determinación, la presión monetaria y social, la desilusión prematura,las esperanzas de estar contigo que son tan bajas y el que solo me quede el cruzar dedos.
Y tal vez nunca debí haber descubierto que un mejor amigo es un ente erróneo o que aveces hay que caminar por cuenta propia.
Pero suponiendo que la vida va más allá de complacer caprichos personales y sea algo un poco más profundo... esperemos que en el otro mundo haya un clima más agradable... a eso de 16° C D.E.P. Profesor Rolando y sus pesadillas lingüísticas.
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